Como bien siendo común en estas fechas cualquiera hace balance de lo que ha supuesto el año presente en su vida.
Cada año califico de catastrófico, imprevisible, "tengo ganas de que esta tortura acabe ya", y demás pensamientos.
2010 se convertía en un año para recordar, un momento perfecto para cerrar circulos, el tiempo adecuado para emprender proyectos nuevos.
Y empezó de la mejor manera posible, volviendo al lugar más bonito de la tierra, 5 días maravillosos que siempre guardaré en mi corazón, porque son parte protagonista de una promesa de amor y futuro.
Pasaron los meses y los planes no eran tan faciles de cumplir, algo que yo ya tenia previsto. Llegó el verano y unas maravillosas vacaciones que quisiera repetir en este mismo momento.
En el mes de agosto llegó la mudanza y con ella las tensiones, la organización, pero tambien todo aquello que llevaba esperando.
Durante esos primeros meses casi todo era perfecto, hasta que llegó el desastre.
Como casi siempre, mis planes nunca salen como yo esperaba y aquello tiró toda la ilusión por el desagüe.
Superadas ya algunas dificultades y pasados los malos momentos, la vida nos da el regalo más grande que podíamos esperar, recuperando la esperanza y la ilusión en cada las cosas cambian, y no todo puede ser malo.
Por ello, mi unico proposito para el nuevo año es seguir teniendo la misma ilusión en todo, en aquello que me encanta y en lo que me desagrada, recuperar todo aquel optimismo que todavia guardo en algun rincón y luchar por lo realmente importante.
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