Estos meses han sido demasiado intensos y evitar tropezar y caer se ha convertido en un verdadero reto.
Como bien expreso uno de los personajes más sabios, la fuerza motriz más poderosa incluso que el vapor, la electricidad o la energía atómica, es la voluntad.
Imparable es mi motor, aunque hayan intentado agotar mi paciencia, haya tolerado palabras injustas, voluntad no me falta.